Agustín de Hipona en el siglo V escribe sobre el tiempo como dimensión ineludible de lo humano , y sobre la eternidad como “tiempo de Dios”. Afirma que sólo se puede pensar el Tiempo desde la Eternidad que lo sostiene y abarca. Pero San Agustín concede al hombre ambas dimensiones: el hombre puede percibir el Tiempo como unidad de Pasado, Presente y Futuro desde su propia dimensión de permanencia y Eternidad. Existe en el alma – dice en las Confesiones – la memoria del pasado y la expectativa del futuro, pero siempre desde un presente que le permite configurar la temporalidad. En San Agustín nace la concepción de un tiempo interior, que se contrapone al tiempo de los objetos, de la naturaleza, el tiempo cósmico.
Graciela Maturo
sábado, 25 de agosto de 2018
Subscrever:
Enviar feedback (Atom)
Sem comentários:
Enviar um comentário