Reloj de San Jacinto
Reloj de San Jacinto que, en piedra dura,
labrar debió, en sus ocios, un fraile asceta,
cuando había en las casonas paz y frescura,
y a un borlado vejaba cualquier poeta.
En ti, cual un ensueño vago, perdura
la Caracas de antaño, que recoleta,
adoró en los contornos de una escultura
por patrona, a una lánguida Aristeguieta.
Reloj de sol, hoy marcas tiempos menguados,
tú que viste, entre faustos advenedizos,
pasar los regidores y los togados.
Y está en ti todo el dulce tiempo remoto:
confituras monjiles de los bautizos,
junto al bíblico espanto del terremoto.
Sem comentários:
Enviar um comentário