Seguidillas
- Sin tener pies las Damas,
me hallo obligado
a dar a la más bella
cierto zapato;
pues no me escuso
a todos los regalos,
que son de punto.
- Por minutos, Anarda,
mi amor quisiera
obstentar de tu afecto
la gran firmeza:
Y assi, aunque en
cifra,
el relox de diamantes
por mí lo explica…
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