Hemos dicho que la eternidad es una negación del tiempo, pero no tenemos más experiencia que la del tiempo. De ahí el escepticismo de los que sólo ven en la eternidad una quimera. Sin embargo, sabemos también que la eternidad es necesaria para el tiempo, que no podría ser concebido sin ella. Ni un infinito hacia atrás, ni un infinito hacia adelante; la eternidad está siempre presente en el tiempo. Podemos tener la experiencia de la vida eterna en el seno mismo de la vida temporal, sin tener por qué resignarnos al devenir, que no cesa de desviarnos hacia un pasado o un futuro que nunca nos serán dados definitivamente.
Hervé Pasqua
segunda-feira, 10 de setembro de 2018
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