Los cítricos son mi infancia, mi magdalena de Proust; aquí fue donde se despertaron mis primeros sentidos, donde comencé a apreciar lo que era el mundo. A los tres años te soltaban en la calle y te ibas por los campos. Cualquier parte se convertía en lugar de fantasía y ensoñación, te sentías fuera del tiempo, en libertad.
segunda-feira, 28 de junho de 2021
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