A un reloj
Con tu acompasado son
marcando vas inclemente
de mi pobre corazón
la violenta pulsación...
¡Dichosa quien no te siente!
Funesto, funesto bien
haces reloj... La venida
marcas del ser a la vida,
y así impasible también
la hora de la partida.
Dolores Veintemilla de Galindo (1829-1857), poetisa equatoriana
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